India se consolida como una superpotencia emergente gracias a su rápido crecimiento económico, liderazgo tecnológico y ventaja demográfica. Con un PIB proyectado de $4.27 billones en 2025, amplía su influencia global pese a desafíos como la pobreza y tensiones regionales. Su auge ofrece atractivas oportunidades de inversión en fondos, acciones y bonos vinculados a su economía.
En el escenario geopolítico del siglo XXI, India emerge como uno de los principales candidatos a convertirse en la próxima superpotencia global, pues se ha consolidado como una de las economías más dinámicas del mundo. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), se proyecta que su Producto Interno Bruto (PIB) nominal alcance aproximadamente $4.27 billones de dólares en 2025, lo que la posiciona como la quinta economía más grande del planeta. Además, en términos de paridad de poder adquisitivo (PPA), se estima que alcanzará los $17.36 billones, superando a potencias tradicionales como Japón y Alemania.
El crecimiento del PIB real se sitúa en torno al 6.5% anual, impulsado principalmente por el consumo interno, las reformas estructurales y la estabilidad macroeconómica.
La ventaja demográfica: juventud y oportunidad
Con una población de aproximadamente 1,450 millones de personas en 2024, superó a China como la nación más poblada del mundo. Lo más destacable es que más del 65% de su población tiene menos de 35 años, lo que representa un «bono demográfico» que, si se aprovecha adecuadamente a través de educación, capacitación e innovación, podría impulsar décadas de crecimiento económico acelerado. Con una de las fuerzas laborales más grandes del mundo, India tiene el potencial de convertirse en un motor clave para su ascenso global.
Liderazgo tecnológico y digital
India ha demostrado una impresionante capacidad de innovación tecnológica. Su industria de Tecnologías de la Información (TI) es líder mundial, generando $245 mil millones de dólares en ingresos durante el año fiscal 2022-2023 y exportando servicios por un valor de $194 mil millones. Con un ecosistema vibrante de startups, Bangalore, Hyderabad y Pune se han convertido en polos de innovación comparables a Silicon Valley.
La conquista del espacio e infraestructura militar
India demuestra su ambición global a través de su agencia espacial; ISRO, logrando hitos como el exitoso aterrizaje de la misión Chandrayaan-3 en el polo sur de la Luna en 2023. Con inversiones moderadas, su industria espacial, que aporta cerca de $24 mil millones al PIB, proyecta seguir creciendo, consolidando la posición del país en sectores tecnológicos estratégicos.
En paralelo, India fortalece sus capacidades militares y su presencia diplomática. En 2025, firmó un acuerdo de $7.4 mil millones con Francia para adquirir aviones Rafale, modernizando su defensa. Además, amplía alianzas con Estados Unidos, Japón, Australia y la Unión Europea, mientras equilibra cuidadosamente sus relaciones con Rusia y China, aumentando su influencia en foros multilaterales como el G20, BRICS y el Quad.
Obstáculos en el camino
Si bien los indicadores principales son prometedores, el ascenso de India enfrenta desafíos internos significativos:
- Desigualdad social: Aproximadamente 129 millones de personas en India viven en condiciones de pobreza extrema, es decir, con menos de $2.15 dólares al día (ajustado por paridad de poder adquisitivo de 2017), según datos del Banco Mundial. Esto representa alrededor del 9% de la población total del país.
- Tensiones geopolíticas: La rivalidad con China, las tensiones con Pakistán y los desafíos en el Indo-Pacífico requieren una gestión diplomática hábil para evitar conflictos que puedan frenar su progreso.
¿Cómo beneficiarse del auge económico de India?
Una de las formas más accesibles es a través de fondos de inversión y ETFs que se enfocan específicamente en India o que incluyan una alta exposición a la región. Algunos fondos como el iShares MSCI India ETF (INDA) o el WisdomTree India Earnings Fund (EPI) replican el comportamiento de los principales índices bursátiles de India, como el Nifty 50 o el BSE Sensex, cuyo rendimiento anualizado ha sido del 10.26% y 16.34% respectivamente, en los últimos 5 años.
Otra opción interesante es invertir en fondos globales que tienen una fuerte exposición a mercados emergentes, donde India tiene una participación significativa. Fondos como el Vanguard FTSE Emerging Markets ETF (VWO) o el iShares Core MSCI Emerging Markets ETF (IEMG) incluyen a India como uno de sus principales componentes.
Los inversionistas también pueden considerar la compra de acciones de empresas indias que cotizan en EE.UU., conocidas como ADR (American Depositary Receipts). Algunas de las compañías más destacadas que cotizan en las bolsas de Nueva York incluyen Infosys, un gigante de tecnología y servicios; Tata Motors, que es propietario de marcas como Jaguar-Land Rover; HDFC Bank, uno de los mayores bancos privados del país; y otras como Wipro e ICICI Bank.
Para quienes buscan opciones de inversión más conservadoras, se pueden explorar bonos soberanos o corporativos indios. Algunos fondos internacionales de renta fija incluyen bonos emitidos por el gobierno de India o por grandes corporaciones del país. Un ejemplo de ello es el iShares India 10 Year Government Bond ETF, que ofrece exposición a la deuda soberana india.