México y el riesgo de una crisis económica

México enfrenta presión fiscal por evasión, deuda creciente y bajo crecimiento; urge una reforma estructural.

México atraviesa una etapa fiscal delicada que, si no se corrige pronto seguramente con una reforma fiscal, podría derivar en una crisis financiera de mediano plazo. A pesar de contar con estabilidad macroeconómica en términos nominales, los niveles de evasión fiscal, la creciente deuda pública y el bajo dinamismo económico están comenzando a presionar los fundamentos financieros del país. 

 

Evasión y elusión fiscal: el gran agujero del erario

Uno de los problemas estructurales más graves de las finanzas mexicanas es la altísima evasión fiscal. En conjunto, México pierde cada año entre 4% y 6% del PIB por evasión y elusión. Es decir, el país deja de recaudar el equivalente al presupuesto anual de salud, educación y seguridad juntos.

Se estima que la evasión del ISR en personas físicas alcanza hasta el 40% debido a que más del 50% de la población económicamente activa se encuentra en la informalidad laboral, lo que implica una base gravable erosionada.

En contraste, para las personas morales (empresas), la evasión ronda el 25%. A esto se suma la elusión fiscal, en la cual grandes empresas utilizan vacíos legales para reducir drásticamente sus obligaciones tributarias. Algunas llegan a pagar menos del 2% de impuestos reales sobre sus ingresos, muy por debajo del ISR legal del 30%.

 

Indicadores económicos que refuerzan la posibilidad de una crisis

Aunque el crecimiento económico en México ha sido inferior al 1% real en 2024, este dato no es el único que preocupa. Hay múltiples señales que apuntan a un deterioro más amplio:

Para 2024, el gobierno federal presupuestó un déficit de 5.4% del PIB, el más alto desde 1988. Esto implica que el Estado gasta mucho más de lo que ingresa, y debe recurrir cada vez más al endeudamiento.

La inversión fija bruta, que mide cuánto invierten empresas y gobierno en maquinaria, construcción e infraestructura, se ha mantenido estancada desde 2018. Esto limita el crecimiento de la productividad y del empleo formal a futuro.

Como se detalla más adelante, la deuda pública ha crecido más de 60% en seis años. El costo de su servicio también ha aumentado, restando espacio fiscal a otros rubros prioritarios.

Aunque la inflación general ha bajado, sectores clave como alimentos y servicios básicos siguen teniendo alzas constantes de precios, reduciendo el poder adquisitivo real de los hogares.

La eliminación o debilitamiento de organismos autónomos y reguladores ha generado preocupación entre inversionistas nacionales y extranjeros, afectando la percepción de estabilidad y legalidad del país.

 

La deuda pública mexicana: ¿una bomba de tiempo?

La deuda pública neta ha pasado de aproximadamente $10 billones de pesos en 2018 a cerca de $16.3 billones en 2024, un aumento de más del 60%.

En términos de su proporción frente al PIB, ha pasado de 44.5% en 2019 a cerca del 47–51% en 2024. Aunque no son niveles de alarma como en economías colapsadas, el problema es que esta deuda sigue creciendo, sin un plan creíble de consolidación fiscal.

Además, el costo de los intereses ya supera el 15% del presupuesto total, con más de $1.2 billones de pesos anuales destinados únicamente al servicio de la deuda. Esto significa que se gasta más en pagar intereses que en educación o salud pública.

¿Qué tan expuesto está México al financiamiento externo?

Relación deuda externa y reservas internacionales

Una parte importante de la deuda está denominada en moneda extranjera, especialmente dólares. Al primer semestre de 2024:

  • La deuda externa del sector público ronda los $220,000 millones de dólares.
  • Las reservas internacionales del Banco de México se sitúan en $208,000 millones de dólares.

Esto significa que México alcanza a cubrir el 94% de su deuda externa con reservas. Aunque el ratio todavía no es crítico, cualquier depreciación del peso o aumento de tasas internacionales podría disparar el costo del financiamiento externo. También es importante tomar en cuenta que dichas reservas no son en su totalidad líquidas y suelen utilizarse para garantizar la estabilidad del tipo de cambio en el peso.

 

Carga de la deuda externa por institución pública

La deuda externa del país no está centralizada únicamente en el gobierno federal. Su distribución estimada es la siguiente:

Institución% de la deuda externaEstimado en USD
Gobierno Federal60%$132,000 M
Pemex25%$55,000 M
CFE15%$33,000 M
Otros organismos<5%< $10,000 M

Pemex tiene una elevada carga financiera, baja rentabilidad y una operación ineficiente. Si no puede pagar su deuda, el gobierno podría verse obligado a rescatarla, elevando la presión fiscal. Por otro lado, la CFE tiene menor exposición, pero sus planes de expansión requieren financiamiento constante.

Cualquier crisis en estas empresas puede contaminar las finanzas públicas, ya que el mercado asume que el Estado es su garante implícito.

 

Últimas Noticias

Más Contenido