La industria mexicana de envases y embalajes atraviesa un momento crítico: a los aranceles del 50 % al acero y aluminio impuestos por Estados Unidos en junio, se suman los cargos que México planea aplicar en 2026 a plásticos, cartón, papel, vidrio y otros insumos provenientes de países con los que no tiene tratados comerciales, como China, India y Corea del Sur.
Este caso calificado como una “doble pinza arancelaria” por líderes del sector amenaza con trasladar los costos al consumidor final, principalmente en alimentos y bebidas, que representan cerca del 50 % de la demanda de empaques en México, según la Asociación Mexicana de Envase y Embalaje (AMEE).
“Nuestros proveedores van a vender más caro, y nuestros clientes no quieren pagar más. Eso nos obliga a absorber el impacto y reducir márgenes”, advirtió Jesús Núñez Espinoza, presidente de la Zona Norte de la AMEE.
Empaques, el nuevo talón de Aquiles para alimentos
El golpe es especialmente fuerte en productos de bajo valor unitario con empaques de alto costo, como las conservas. Según Jonás Murillo, presidente ejecutivo de la Cámara Nacional de la Industria de Conservas Alimenticias (Canainca), “en una lata de frijoles, por ejemplo, el envase representa el 60 % del precio total”.
“Ese arancel significa un incremento directo en el costo final del producto. No hay forma de amortiguarlo si suben los insumos”, señaló Murillo en el marco del Food Tech Summit & Expo 2025.
Murillo agregó que su sector exporta el 15 % de la producción nacional, y de ese total, el 85 % va a Estados Unidos donde el aumento en el costo de las latas afecta de forma directa la competitividad.
Cifras que preocupan
Datos de la Secretaría de Economía a través de Data México revelan que el comercio total de artículos plásticos para empaque en 2024 ascendió a 7,189 millones de dólares, con un déficit neto para México. Tan solo en mayo de 2025, las importaciones sumaron 331 millones de dólares, frente a 283 millones de dólares en exportaciones.
Por su parte, la Asociación Nacional de la Industria del Plástico (ANIPAC) calcula que los nuevos aranceles podrían representar un impacto económico de hasta 2,255 millones de dólares. Las resinas plásticas importadas presentes en el 80 % de las cadenas productivas muestran una fuerte dependencia externa: México importó 4.3 millones de toneladas por 18,650 millones de dólares, frente a exportaciones de 2.7 millones por 9,140 millones de dólares.
“Nosotros tenemos un déficit del 56 % en materias primas plásticas. Hay contratos detenidos por miedo a que los aranceles cambien. La incertidumbre nos está paralizando”, explicó Susana Hernández, directora técnica de ANIPAC.
Panorama incierto, aumento en los precios
Ya se percibe el efecto sobre la cadena de valor, a pesar de las iniciativas para mantener los precios y encontrar reemplazos para los materiales. Según el INEGI, las exportaciones de México aumentaron un 7.4% en comparación con el año anterior en agosto de 2025; no obstante, se registró un déficit comercial persistente a causa del encarecimiento de la importación de materiales clave como empaques, láminas, papel y plásticos.
El temor en el sector es que los precios de productos básicos se eleven y la industria se vea forzada a utilizar materiales de calidad inferior o menos reciclables, debido a que la subida de aranceles termine afectando al consumidor final.
El tema geopolítico de los aranceles en ambas partes de la frontera pone en riesgo a uno de los sectores más básicos para la economía y el consumo cotidiano. Con empaques que representan una parte significativa del ya se percibe el efecto sobre la cadena de valor, a pesar de las iniciativas para mantener los precios y encontrar reemplazos para los materiales. Según el INEGI, las exportaciones de México aumentaron un 7.4% en comparación con el año anterior en agosto de 2025; no obstante, se registró un déficit comercial persistente a causa del encarecimiento de la importación de materiales clave como empaques, láminas, papel y plásticos.
El temor en el sector es que los precios de productos básicos se eleven y la industria se vea forzada a utilizar materiales de calidad inferior o menos reciclables, debido a que la subida de aranceles termine afectando al consumidor final.