Por debajo de lo previsto, el índice de precios al consumidor experimentó un incremento del 0.3 % mensual y del 3.0 % anual.
En Estados Unidos, la inflación en septiembre de 2025 fue un poco menor a lo que los analistas habían previsto. El índice de precios al consumidor (CPI) aumentó 0.3% en comparación con el mes de agosto y 3.0% en los últimos doce meses, de acuerdo con el Departamento del Trabajo; por su parte, los especialistas pronosticaban un incremento mensual del 0.4% y una tasa anual del 3.1%.

La inflación subyacente, que no incluye la energía y los alimentos, se mantuvo constante en 3.0 % interanual, lo cual verifica que el ritmo de aumento de los precios se ha moderado.
Las áreas que ejercieron mayor presión
El componente energético volvió a presionar: tras varios meses de descenso, los precios de la gasolina subieron un 4.1 % en el mes, mientras que la energía global creció un 2.8 %.
En cambio, los alimentos aumentaron solo un 0.1 %, que es el aumento más bajo desde junio, y los precios de los servicios, uno de los temas que preocupan a la Fed, mostraron una ligera desaceleración.
La vivienda continuó siendo el sector con más peso inflacionario: los precios del alojamiento y el alquiler subieron un 0,4 %, que equivale a casi un tercio del incremento total del índice.
Después de los aumentos de años anteriores, la inflación en productos duraderos como electrodomésticos y automóviles sigue disminuyendo.
¿Por qué es importante?
A pesar de que el dato fue mejor de lo anticipado, la inflación permanece por encima del objetivo del 2 % establecido por la Reserva Federal. Esto mantiene la tensión entre las expectativas del mercado, que confía en una relajación monetaria, y la prudencia del banco central, que tiene miedo de reducir las tasas demasiado pronto.
Los datos llegan en un momento en que el crecimiento económico se ralentiza y hay indicios de enfriamiento del mercado laboral. De acuerdo con Reuters, los inversores actualmente estiman que la Fed tiene más del 70 % de probabilidad de anunciar en su reunión de noviembre un recorte de tasas.
La lectura del Banco de la Reserva Federal
Funcionarios del banco central, entre ellos la gobernadora Lisa Cook (con quien Trump ha tenido varios problemas políticos), han subrayado que la política monetaria debe seguir siendo “más restrictiva por un tiempo más” para prevenir una nueva oleada de inflación.
No obstante, debido a que los precios se están moderando y la actividad económica está mostrando signos de agotamiento, diversos analistas de Goldman Sachs y Bank of America pronostican que la Fed podría comenzar un proceso gradual de recortes, tal vez dos antes de que el año acabe.
La situación continúa siendo precaria: aunque los precios de los alimentos y de otros bienes están disminuyendo, la vivienda y la energía continúan sirviendo como obstáculos. Un aumento en cualquiera de estos sectores podría cambiar la tendencia y forzar a la Fed a aplazar las reducciones.
Efecto en los mercados y la economía
Para los consumidores, la ligera moderación en los precios podría aliviar parcialmente el costo de vida, aunque los salarios reales apenas logran compensar el incremento acumulado en los últimos dos años.
Los índices más importantes de Wall Street tuvieron un comportamiento positivo: el Nasdaq aumentó más del 1 % y el S&P 500 creció aproximadamente un 0.8 %, gracias a las expectativas de que la Fed tome una posición más flexible.
El oro se sostuvo sobre los 4,000 dólares por onza y el dólar se debilitó un poco a nivel mundial, lo que evidencia que los inversionistas aún prefieren activos refugio en medio de la incertidumbre.