Amazon activó las alarmas en la industria energética al dar a conocer su proyecto Cascade Advanced Energy Facility, que consiste en un grupo de pequeños reactores nucleares modulares (SMR) tipo Xe-100 ubicados en Richland, Washington, y que fue desarrollado con Energy Northwest y X-energy.
La primera etapa incluye 4 módulos (alrededor de 320 MW) con la posibilidad de ampliarse hasta 12 (aproximadamente 960 MW). Se calcula que el rango de inversión oscila entre 4.7 y 5.7 mil millones de dólares, basándose en estimaciones del programa de demostración de X-Energy, que incluye la planta de combustible TRISO-X, licencias e instalaciones semejantes para Dow Chemical en Texas. El Departamento de Energía (DOE) financia parcialmente este proyecto con 1.23 mil millones de dólares.
Meta, por otro lado, fue la primera empresa de tecnología en firmar un contrato a gran escala para el suministro nuclear directo. La planta Clinton, situada en Illinois, proveerá a lo largo de 20 años con 1.121 MW de energía libre de carbono, según el convenio establecido con Constellation Energy. Aunque no se han divulgado los términos económicos, fuentes del mercado calculan que los compromisos a 20 años conllevan valores de entre 2 y 3 mil millones de dólares en el suministro energético a largo plazo.
Las dos jugadas muestran una tendencia evidente: las grandes empresas tecnológicas están asegurando y financiando energía nuclear para abastecer sus centros de datos e infraestructura de inteligencia artificial.
La industria nuclear resurge con vigor y capta capital.
Después de diez años de estancamiento, la industria nuclear global ha comenzado a expandirse nuevamente. La inversión mundial en energía nuclear llegó a 80 mil millones de dólares estadounidenses en el año 2024, lo que representa casi el doble de la cifra correspondiente a 2018, de acuerdo con la Agencia Internacional de Energía (IEA).
Asimismo, el año terminó con una producción sin precedentes de 2,667 TWh, lo que representa el 10 % del total de la electricidad mundial. Hoy día hay 70 reactores en construcción (aproximadamente 72 GWe) y más de 110 planeados, con China y Francia a la cabeza del renacimiento.
Esta tendencia se ve reforzada por proyectos emblemáticos:
- Sizewell C (Reino Unido): inversión proyectada de £38 mil millones (≈USD 48 mil millones); la construcción empezó en 2025.
- Hartlepool (Centrica + X-energy): £10 mil millones para una flota de doce módulos Xe-100.
- Vogtle 3 y 4 (Georgia, Estados Unidos): ya están funcionando después de realizar una inversión de entre 30 y 35 mil millones de dólares, incluyendo garantías del estado por un monto de 12 mil millones.
- Palisades (Michigan, Estados Unidos): USD 1.520 millones en créditos destinados a revitalizar la planta.
Incentivos y respaldo del gobierno: un viento de cola financiero
El crédito fiscal 45U, que es parte de la Ley de Reducción de la Inflación en Estados Unidos, concede 0.3 centavos por cada kWh producido por las plantas nucleares ya existentes; este monto puede ser incrementado a través de multiplicadores laborales.
El Loan Programs Office del DOE tiene además más de 40 mil millones de dólares para proyectos nuevos y reinicios.
Este apoyo público tiene como objetivos disminuir los gastos financieros, promover las centrales nucleares y asegurar una energía base firme y desprovista de carbono, exactamente lo que requieren las Big Tech.
IA y energía: el vínculo de oro
Los modelos de inteligencia artificial y los centros de datos están utilizando energía a un nivel nunca antes visto. La demanda eléctrica del sector en Estados Unidos podría multiplicarse por dos o tres para el año 2028, aumentando del 3 % al 6.7 % o incluso al 12 % del total de consumo nacional. Por otro lado, las compañías ya no dependen de la red: están garantizando su propio aprovisionamiento energético a través de contratos de compra de energía nucleares o proyectos propios de producción.
Meta y Amazon consideran la energía nuclear como un activo estratégico, pues proporciona energía constante durante las 24 horas, todos los días de la semana, sin emitir gases contaminantes y facilita la independencia en términos operativos y la previsibilidad de los costos de energía.
La perspectiva de inversión: del átomo militar al átomo financiero
Tres factores han llevado a que el mercado nuclear se presente como una oportunidad sólida para los inversionistas corporativos e institucionales:
- Demanda asegurada. Contratos como los de Meta-Constellation o el programa nuclear de Amazon garantizan la estabilidad financiera a largo plazo.
- Política coherente. Los préstamos públicos y los estímulos fiscales disminuyen el riesgo financiero y aumentan la rentabilidad ajustada al riesgo.
- Flujo de capital a nivel mundial. Con proyectos de varios gigavatios en desarrollo y una inversión de 80 mil millones de dólares solo en 2024, la energía nuclear se reubica como una infraestructura económica y estratégica.