El Congreso de México aprobó una reforma a la Ley de los Impuestos Generales de Exportación e Importación que posibilita la aplicación de tarifas aduaneras a productos importados de naciones con las cuales no existe un Tratado de Libre Comercio, con tasas que oscilan entre el 5 % y el 50 %. Según la ley, la decisión se implementará a partir del 1 de enero de 2026 y fue apoyada por la mayoría oficialista en los dos cuerpos legislativos.
Esta modificación supone alteraciones en 1,463 productos que incluyen áreas fundamentales como la de electrodomésticos, textiles, automotriz, calzado, plástico, juguetes, siderúrgica y muebles. Esta medida es parte de una estrategia más amplia del gobierno que busca aumentar la producción nacional, rectificar los desajustes en el comercio y elevar la recaudación fiscal.
Naciones impactadas y su vínculo comercial con México
Los aranceles se imponen a las importaciones provenientes de países con los que México no ha establecido un Tratado de Libre Comercio. China, India, Corea del Sur, Tailandia, Indonesia y Vietnam son algunos de los países que han sido nombrados concretamente por fuentes internacionales. Hay reportes que, incluso, añaden a Brasil y Turquía en la relación de naciones que enfrentarán tarifas arancelarias más elevadas en productos que sean exportados a México.
Una característica principal que tienen en común este conjunto de países es: México no cuenta con un acuerdo comercial bilateral que reduzca o anule los aranceles con ellos. Por ejemplo, actualmente no existe ningún TLC entre México y China, India, Corea del Sur, Tailandia e Indonesia.
Entre las naciones que mantienen acuerdos comerciales con México están, por ejemplo, Estados Unidos y Canadá (por medio del USMCA, que en México se conoce como T-MEC) y países de América Latina como Chile o aquellos que forman parte de acuerdos específicos de libre comercio. Los países asiáticos mencionados no están incluidos en ese esquema preferencial, a diferencia de estos socios con TLC. Por lo tanto, las nuevas tarifas se implementan en sus exportaciones.
Respecto a las negociaciones comerciales, México ha intentado extender y modernizar acuerdos con otras naciones, como el Reino Unido, pero estos procesos son autónomos y no han dado lugar a un TLC que anule completamente los aranceles.
¿Para qué sirven y cómo funcionan estos aranceles?
Un arancel es un impuesto que se impone sobre las mercancías que se importan a un país. Cumple con múltiples objetivos comerciales y económicos:
En primer lugar, los aranceles encarecen las mercancías importadas en el mercado interno. Al aumentar el precio de los productos importados, se persigue otorgar un beneficio competitivo en relación con los bienes que se producen a nivel local. Esto puede contribuir a las industrias nacionales que compiten con importaciones de bajo costo, apoyando la conservación de los puestos de trabajo y el fortalecimiento de cadenas productivas internas.
En segundo lugar, los aranceles producen ingresos fiscales para el gobierno porque los importadores tienen que pagar impuestos al introducir productos en el país. Una parte de la argumentación oficial sugiere que estos nuevos impuestos generarán ingresos importantes para el presupuesto y ayudarán a disminuir los desajustes fiscales.
En tercer lugar, desde un punto de vista estratégico, los aranceles pueden ser utilizados como instrumento de política comercial con el objetivo de rectificar lo que el gobierno considera como prácticas injustas o desequilibrios comerciales. A modo de ejemplo, un arancel puede equilibrar las condiciones si una nación exporta productos con subsidios o a precios muy bajos; sin embargo, también puede provocar represalias o tensiones en el ámbito diplomático.
Respuestas y entorno global
La decisión ha suscitado respuestas dispares a escala internacional. Como ejemplo, China ha calificado los nuevos aranceles como una política unilateral y proteccionista, además de que ha alertado con la posibilidad de supervisar cómo afectan a sus intereses comerciales. Corea del Sur ha indicado, además, que considerará potenciales acciones de respuesta.
Algunos sectores industriales y analistas internacionales han indicado que estas subidas tienen el potencial de impactar las cadenas de suministro, aumentar los precios de ciertos productos e incluso determinar decisiones sobre inversión. En específico, los productores e importadores que dependen de insumos extranjeros advierten que el aumento de derechos arancelarios puede hacer más costosa la producción y obstaculizar la competitividad.