Los inversionistas centran su atención en Washington esta semana. El miércoles la Reserva Federal (Fed) dará a conocer su decisión de política monetaria. Según el consenso del mercado, lo más probable es que reduzca la tasa de interés en 25 puntos básicos, dejándola alrededor del 4.00 %.
El movimiento se produciría después de varios meses de inflación controlada (en septiembre, el índice de precios al consumidor creció un 3.0 % en comparación con el año anterior), aunque todavía sería superior a la meta del 2 %. Por lo tanto, la Fed se encuentra en una situación de equilibrio delicado: impulsar una economía que muestra indicios de enfriamiento sin reavivar las tensiones inflacionarias.
La cuestión de Powell
La situación es complicada. Las cifras más recientes sobre la manufactura y el empleo indican, por un lado, que la economía está desacelerándose; esto hace razonable una reducción moderada de las tasas para mantener el crecimiento. Sin embargo, por otra parte, la inflación subyacente —es decir, la que excluye alimentos y energía— se ubicó en 3.0 % interanual en septiembre de 2025, lo que representa un ligero descenso desde el 3.1 % de los meses previos. Un aflojamiento excesivo de parte de la Fed podría provocar otra alza en los precios.
Los analistas advierten que el tono del comunicado pesará más en la reacción del mercado que el propio recorte. Si Jerome Powell sugiere que esto es el comienzo de un ciclo más extenso de disminuciones, los activos de riesgo podrían experimentar un aumento significativo. Por otro lado, si la Fed se comporta de manera cautelosa, el optimismo podría desvanecerse con rapidez.
Efecto en los mercados
Una reducción de las tasas beneficiaría, en particular, a los sectores de crecimiento (bienes de capital, consumo discrecional y tecnología), que requieren financiación económica. Por otro lado, los márgenes de los bancos podrían verse presionados.
En el mercado de bonos, los rendimientos se inclinarían a la baja, y el dólar podría perder fuerza frente a otras monedas, lo que haría que aumentara el costo de las materias primas como el petróleo y el oro. No obstante, un mensaje de precaución por parte de la Fed podría contrarrestar estos efectos y provocar un repunte del dólar, pero comprometiendo al sector de renta variable.
Elementos fundamentales para los inversores
Esta semana, según el consenso claro de los analistas, se presentará un elevado riesgo y una gran volatilidad. A la determinación de la Fed se añaden aspectos geopolíticos, como los conflictos entre China y EE. UU., que ya han causado variaciones en el oro y el dólar.
Para los mercados emergentes, incluyendo a México, una baja en el valor del dólar y tasas más reducidas en Estados Unidos podrían significar un incremento en el flujo de capitales y una apreciación cambiaria. Sin embargo, si el mensaje de Powell es más severo de lo previsto, esto también podría aumentar la posibilidad de volatilidad. Los inversores tendrán que seguir de cerca no solo las decisiones, sino también las palabras. Esta semana, el tono tendrá tanto peso como la acción.
