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Comida rápida a plazos. ¿Signo de la caída del poderío económico de USA?

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11 de abril de 2025

 

El pasado jueves 20 de marzo de 2025, DoorDash, una de las principales plataformas de entrega de comida a domicilio, anunció una asociación con Klarna, que permite a los usuarios de su plataforma en Estados Unidos pagar sus pedidos de comida —ya sea de restaurantes como McDonald’s o de supermercados y minoristas asociados— en cuotas sin intereses. Este servicio se integra directamente en el proceso de pago de la app de DoorDash, ofreciendo opciones como dividir el costo en cuatro pagos quincenales (conocido como «Pay in 4») o financiar compras más grandes a lo largo de varios meses, dependiendo de la aprobación crediticia del usuario y el monto del pedido. Este movimiento marca una expansión significativa del modelo “compre ahora, pague después”, o CAPD, más allá de compras tradicionales como ropa, electrónicos o muebles, llevándolo al ámbito de los bienes de consumo inmediato, como alimentos y comestibles.

El objetivo declarado de esta alianza es brindar mayor flexibilidad financiera a los consumidores, especialmente en un momento en que la inflación sigue afectando los presupuestos familiares. DoorDash, que ya ofrece entregas en restaurantes, supermercados y tiendas minoristas, ve en esta integración una forma de aumentar el volumen de compras y atraer a clientes que podrían dudar en gastar todo en un solo pago. Klarna, por su parte, refuerza su presencia en el mercado estadounidense, donde compite con otros gigantes del BNPL como Affirm, Afterpay y PayPal.

 

Contexto económico y social

 

Esta noticia no surge en el vacío. En los últimos años, Estados Unidos ha visto un aumento en el uso de servicios CAPD, especialmente entre generaciones más jóvenes como los millennials y la Generación Z, quienes representan el 53% de la base total de usuarios del esquema de CAPD, frente al 35% de los titulares de tarjetas de crédito tradicionales.

Sin embargo, lo que comenzó como una herramienta para financiar compras discrecionales, como boletos de concierto o ropa de lujo, se ha extendido a necesidades cotidianas debido a las presiones económicas.

Aunque la inflación en alimentos se moderó en febrero de 2025 (2.8% en el acumulado del IPC interanual), según datos recientes, los precios siguen siendo un 22% más altos que en 2020. Esto ha llevado a que incluso los hogares de ingresos medios y altos reporten dificultades para llegar a fin de mes. Según PYMNTS Intelligence, en enero de 2025 más del 50% de los estadounidenses se encuentran viviendo de cheque en cheque. Los consumidores están recurriendo cada vez más a CAPD para compras pequeñas y esenciales. Estudios previos del mismo PYMNTS mostraron que el 56% de los usuarios de CAPD habían usado estos servicios para comprar comestibles, una tendencia que ahora se acelera con la integración en apps de entrega como DoorDash. 

 

Reacciones y preocupaciones

 

La noticia ha generado reacciones mixtas, desde asombro y burla hasta preocupación por sus implicaciones. Analistas financieros han advertido sobre los riesgos de esta práctica. Si bien el modelo CAPD puede ser útil para gestionar el flujo de efectivo, su uso para compras de consumo inmediato podría llevar a una acumulación de deudas hormiga, que debido a sus pequeños montos suelen pasar inadvertidas, pero cuando éstas se acumulan son difíciles de pagar. Si bien estos microcréditos no suelen cobrar intereses, los pagos atrasados incurren en multas, y las deudas impagas pueden enviarse a cobranza, afectando el crédito.

Por otro lado, si esta tendencia se amplía, podría señalar una mayor fragilidad financiera entre los consumidores estadounidenses, algo que preocupa a economistas que ya observan niveles récord de deuda en tarjetas de crédito ($1.21 trillions en 2024, según la Reserva Federal). Además, la situación se da dentro de una grave crisis financiera que atraviesa el país, con alta inflación, niveles récord de deuda y una gran posibilidad de entrar en recesión este mismo año.

 

¿Qué impacto podría tener todo esto?

 

  • Para los consumidores: esta alianza podría facilitar el acceso a comida en momentos de necesidad, pero también normalizar el endeudamiento para gastos básicos, algo que antes se reservaba para compras grandes. Los hogares vulnerables, que ya dependen de estas herramientas para imprevistos, podrían caer en un ciclo de pagos interminables.

 

  • Para los inversionistas: Esta noticia podría ser un indicador más de que Estados Unidos no está atravesando la mejor etapa a nivel económico, lo cual se podría traducir en altísima volatilidad en el mercado bursátil por algunos años, especialmente si esta crisis se agrava con una recesión y la subida indiscriminada de precios debido a su política arancelaria. Los activos que no son de consumo esencial para la vida diaria (empresas de consumo discrecional como bienes de lujo, viajes o entretenimiento) podrían presentar fuertes caídas en su cotización, debido a un decremento en sus ventas a nivel general. 

Por otro lado, es durante estas caídas que se presentan las mejores oportunidades de inversión, sin embargo, es necesario realizar un análisis a profundidad del activo en cuestión. Para inversionistas más conservadores, activos como energía, oro, bonos de gobierno o activos de consumo no – discrecional (supermercados) podrían ser una opción menos volátil. La diversificación incluso en activos de otros países también podría ser clave para manejar buenos niveles de riesgo en nuestros portafolios de inversión.

 

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