“Código rojo” en OpenAI: Sam Altman puso a ChatGPT en modo emergencia

OpenAI declara “código rojo” para mejorar ChatGPT ante la presión de Google y otros rivales. Te explicamos qué cambia y qué podemos esperar.
Código rojo en OpenAI

OpenAI, la empresa detrás de ChatGPT, acaba de activar una alerta interna de “código rojo”. La orden viene directamente de su CEO, Sam Altman, y tiene un objetivo claro: acelerar las mejoras de ChatGPT en medio de una carrera de inteligencia artificial cada vez más agresiva, con Google y otros rivales pisándole los talones.

La decisión marca un nuevo capítulo en la batalla por liderar la IA generativa y abre preguntas clave: ¿qué va a cambiar para los usuarios, qué proyectos se van a frenar y qué tan presionada está realmente OpenAI?

¿Qué significa el “código rojo” dentro de OpenAI?

De acuerdo con un memorando interno citado por The Wall Street Journal y reproducido por medios como AP, Infobae y Bloomberg, Sam Altman declaró una situación de “código rojo” y pidió al equipo reenfocar recursos para mejorar la calidad, velocidad y confiabilidad de ChatGPT, dejando en pausa otros planes.

Entre los cambios que se reportan:

  • Retraso de proyectos como:
    • herramientas de publicidad dentro de ChatGPT,
    • agentes de IA para salud y compras,
    • y un asistente personal interno llamado Pulse.
  • Reasignación de personal y más presión operativa: se habla de llamadas de seguimiento diario y facilidades para mover talento entre equipos, con tal de acelerar las entregas ligadas al chatbot.

En palabras simples: OpenAI está poniendo todas las fichas sobre ChatGPT a corto plazo, sacrificando otras líneas de negocio que iban a monetizar la plataforma mediante anuncios o servicios especializados.

Un producto masivo… pero todavía bajo presión financiera

ChatGPT no es un experimento pequeño: OpenAI ha señalado que el servicio ya supera los 800 millones de usuarios semanales.

Sin embargo, pese a una valoración cercana a los 500,000 millones de dólares y enormes compromisos de inversión en infraestructura de nube y chips, la compañía todavía no es rentable y enfrenta costos crecientes por operar modelos cada vez más complejos.

El “código rojo” no solo responde a la competencia técnica, sino también a la necesidad de que ChatGPT siga siendo el motor económico que justifique esas apuestas.

La nueva presión de Google, Gemini 3 y otros gigantes

El movimiento de Altman llega tras el lanzamiento de Gemini 3, el nuevo modelo de Google habría superado a los modelos de OpenAI en varios benchmarks de rendimiento.

Reportes de prensa señalan que:

  • Gemini 3 ha mostrado mejores resultados en pruebas de comprensión y razonamiento,
  • Grandes figuras del sector, como el CEO de Salesforce, han elogiado públicamente el modelo de Google, enviando una señal simbólica de cambio en las preferencias del ecosistema,
  • Google ha capitalizado la ventaja que comenzó cuando declaró su propio “code red” interno en 2022, después del lanzamiento inicial de ChatGPT, para acelerar sus productos de IA.

¿Alarma real o estrategia de presión interna?

Algunos analistas advierten que tantos “botones de pánico” pueden restar credibilidad si no se traducen en decisiones claras y sostenidas. Reuters Breakingviews, por ejemplo, sugiere que activar un “código rojo” sin recortes más profundos o un enfoque verdaderamente disciplinado podría percibirse como una reacción más simbólica que estructural.

Por ahora, lo cierto es que OpenAI sigue diversificándose en proyectos y alianzas (desde investigación en salud mental con IA hasta integraciones con grandes consultoras), aunque el mensaje oficial sea que ChatGPT es la prioridad número uno.