El testamento ológrafo en México: todo lo que debes saber

El testamento ológrafo en México es una opción accesible y personal para expresar tu última voluntad, pero su validez depende de cumplir requisitos legales muy específicos. Descubre cómo hacerlo correctamente y evitar que se declare nulo.
El testamento ológrafo en México: todo lo que debes saber
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¿Qué es un testamento ológrafo?

El testamento ológrafo es la mejor opción para quienes buscan redactar de manera personal su última voluntad. Esta opción no requiere de la presencia de un notario al momento de su elaboración, sin embargo para que tenga validez, debe cumplir requisitos específicos según el código civil federal. 

Los artículos 1550 a 1564 del Código Civil Federal  son los que se encargan de regular esta figura. Aquí se establecen ciertas cláusulas que se deben llevar a cabo para que el documento tenga validez ante la ley. El testamento debe estar escrito por el testador en su totalidad, se deberá incluir la fecha exacta de su redacción y llevar la firma de la persona que lo otorga. 

Dicho testamento sólo puede realizarse por personas mayores de edad y en caso de no cumplir con algún elemento, el documento se declarará como nulo.  

Requisitos esenciales

Para que el testamento ológrafo sea válido, debe:

  • Estar escrito íntegramente a mano por el testador.
  • Indicar claramente la fecha completa (día, mes y año).
  • Contener la firma del otorgante.
  • Guardarse en un sobre cerrado y lacrado, acompañado de un duplicado.

De no cumplirse, el testamento no tendrá ningún valor legal por lo que los bienes involucrados quedarán sujetos a sucesión intestamentaria. Derivando a conflictos entre los herederos. 

Depósito en el Archivo General de Notarías

Ya escribí mi testamento, ¿Y ahora qué?   

En México no basta con redactar el testamento y guardarlo en casa. Para que sea válido, la ley establece que el documento deberá llevarse al Archivo General de Notarías más cercano. Esta institución se encarga de custodiar el documento hasta que sea necesario abrirlo. Manteniéndolo seguro en un sobre cerrado y lacrado. 

Una vez que el testador fallece, un juez manda la orden de apertura del sobre, en donde se lleva a cabo el proceso de verificación para validar que el sobre se encuentra en las mismas condiciones en las que fue entregado. En este proceso participan varios testigos, o en su defecto agentes del ministerio público. Todo esto con el objetivo de garantizar la legalidad del trámite. 

Riesgos y ventajas del testamento ológrafo

Por ser un documento que escribe el testador en puno y letra, es un proceso más sencillo y menos costoso. Le permite al testador tener mayor control de sus disposiciones sin la necesidad de acudir a un notario en el momento de la escritura. 

Sin embargo, este tipo de testamento también tiene sus riesgos. El principal es la destitución del documento por error de forma, como ausencia de firma o fecha de creación. Incluso, en muchos casos el documento no es entregado al Archivo General de Notarías, lo que convierte al documento invalido. Al no trabajar con un notario en su realización, toda la responsabilidad recae en la persona que lo redacta. 

Comparación con el testamento público

Con el Testamento Olografo no hay ningún intermediario, en cambio en el público abierto el notario le brinda una asesoría al testador reduciendo la posibilidad a errores. Además, en el público el notario conserva el documento y se asegura su registro, en cambio en el ológrafo es obligatorio enviar el documento en el Archivo General de Notarías.

Recomendaciones finales

El testamento ológrafo es una alternativa más accesible para quienes desean dejar constancia de su última voluntad. Sin embargo, hay que tener cuidado de cumplir con las formalidades que el documento requiere, de no ser así puede convertirse en un problema a largo plazo para los involucrados. 

Lo más recomendable, es que antes de escoger esta opción, el testador acuda a una asesoría con un abogado o un notario. De esta manera garantiza que el documento cumpla con los requisitos y sea válido ante la ley. 

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